Circulando por la carretera de las Lagunas de Ruidera, a la altura de la  Redondilla tomaremos la C-30 por el Camino de San Pedro, cuando hayamos pasado unos 3´5 kilómetros por esta vía, junto a la aldea de San Pedro y muy cerca de la ermita de San Pedro de Verona, en el lado derecho de la carretera y cerca del arroyo Alarconcillo hay una gigantesca noguera (Junglans regia), la cual quizás sea el mayor árbol de La Mancha.
La pista C-30 por el Camino de San Pedro es una vía para circular muy despacio por varias razones: la primera es su trazado, estrecho y sinuoso a más no poder, además de que algunas de sus construcciones –chalés, restaurantes y villas de recreo principalmente- están tan próximas al trazado de la vía que casi se podría decir que la invaden; la segunda razón es el paisaje, con árboles y arboledas de tantas especies, la Laguna de San Pedro en algunos tramos con su orilla pegada al asfalto y las flores y plantas de los chalés próximos a la vía, algunos de los cuales tienen jardines extraordinariamente bien cuidados; finalmente, la tercera razón es la noguera citada, unos metros hacia el interior de la carretera, por lo que se nos puede pasar su situación si vamos deprisa o no muy atentos.
Este enorme árbol está favorecido –como tantos otros en la zona- por la proximidad de un arroyo que riega sus potentes raíces, pero también es cierto que en recientes años de sequía no ha pasado una gota de agua –o ha pasado tan sólo unos meses- por el cauce próximo. Sin embargo, la noguera presenta un estado extraordinariamente saludable y un vigor notable, pese a su enorme tamaño y  edad, entre ciento cincuenta y ciento ochenta años. Tiene un grueso tronco con seis metros de perímetro, una altura cercana a los veinte metros y da sombra a casi seiscientos metros cuadrados. Está situada en propiedad privada, visitable a día de hoy a unos metros de distancia, desde un camino público; se observa perfectamente desde aquí y no hace falta acercarse hasta el mismo tronco, aparte de que está señalizado y prohibido expresamente. Excluiremos recomendar la visita en invierno, pues se trata de una planta de hoja caduca.
El acceso es bueno para todo tipo de vehículos. No es recomendable en absoluto circular por el Camino de San Pedro con un autobús de grandes dimensiones, por la estrechez de la vía y las muchas curvas. Aunque vayamos con vehículos que no sean tan grandes lo haremos despacio y con mucha precaución, por razones obvias ya expuestas. Muy cerca está la ermita de San Pedro de Verona, muy bien restaurada y preciosa; próxima también la cueva de Montesinos, citada en  Don Quijote de La Mancha y en donde el caballero vive una de sus aventuras.
Sin intención alguna, hemos dejado el mayor árbol que conocemos –puede que haya otros mayores- para el último, por el momento, de la serie. Contemplar este supergigante vegetal en un entorno tan bien cuidado, con una aldea próxima, con una ermita cercana, con un riachuelo anexo, es un lujo que está al alcance de todos los manchegos y visitantes de la Mancha. No nos lo podemos perder, bien en solitario, bien en conjunto con otra de las mil rutas que encontraremos en cualquier establecimiento de la zona para disfrutar del Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera.