Están más llenas que nunca. Pero, en estas fechas, sus aguas no son el único atractivo para los miles de turistas que vienen a verlas. Cientos de aves migratorias alegran las cascadas de las Lagunas de Ruidera.

Es el rey de la laguna, pico amarillo, cabeza azul, y una forma única de pavonearse delante de ellas. Son los habituales de un reino que sorprende. 30 kilómetros de lagunas que en otoño se centran en él, el cormorán. Hay que pillarlos al vuelo. La grandeza de las lagunas, ahora, solo tiene un competidor. El ave más sigilosa, difícil de ver a pesar de su tamaño. Desde América, hasta África y en su parada por La Mancha sobrevuela siempre un guardián. Son los que ponen la voz a esta banda sonora natural, no encontramos idiomas para definirlo. Una preciosa, acuarela viviente.