Al calor de la lumbre se iban tejiendo las alfombras que atenuaban el frío y aportaban cierta calidez en el suelo. En pleno receso agrícola, largas tardes-noches invernales permitían urdir los capazos que, llevando las semillas al ir, recogían los frutos al volver. Salían, así mismo, de entre las manos artesanas, los tizneros y valeos que acogían las migas calientes en días lluviosos. ¡Qué mejor, si no, que una buena 'bombona' de cristal (así denominada en la zona) en su pleita!. El esparto (Stipa tenacissima) es una planta que prospera en los montes aledaños al Parque, calcáreos y semiáridos.