Ruta de la Laguna Blanca
Acceso A pie y en veh�culo
Desnivel 60 metros
Desnivel 1 hora
Tiempo aproximado 8 kil�metros
Poblaci�n Ossa de M.- Villahermosa
La ruta sigue las m�rgenes de la laguna Conceja. Tras un corto repecho se asoma a la altiplanicie del Campo de Montiel. Enseguida baja a la laguna Blanca, la primera y m�s alta de todas las lagunas del Parque. Este itinerario permite conocer a pie o en bicicleta , con la ayuda de este folleto y de estacas en el campo, ciertos aspectos culturales y naturales del Parque.
Los �rboles singulares.
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Una central el�ctrica.
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El nacimiento de un r�o.
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1. Los �rboles singulares.
Subiremos en veh�culo hasta la laguna Conceja, donde al finalizar la carretera asfaltada encontramos un panel informativo de esta ruta adem�s de un aparcamiento donde dejar el autom�vil.
En el parque natural se conservan varios �rboles que pueden considerarse como singulares por su aspecto, altura, di�metro de la copa, per�metro del tronco o antig�edad. Algunos de ellos como la sabina, el nogal o la copuda encina aparecen a lo largo de esta ruta. No pasan desapercibidos, tan solo hace falta buscarlos en el paisaje.
Un cintur�n de vegetaci�n rodea esta laguna formando una autentica barrera entre la tierra firme y la l�mina de agua. Se trata de plantas que tienen su base sumergida en el agua, pero con las hojas y las flores emergentes. El carrizo la m�s com�n, hunde sus largas ra�ces en aguas poco profundas, colonizando grandes extensiones. Las eneas o espada�as, con el sistema radicular mucho m�s reducido, prefieren las aguas un poco m�s profundas y ricas en nutrientes.
2. Un paisaje sonoro
A partir de la laguna Tomilla el entorno recupera su soledad. Con las primeras brumas y al atardecer, ya no se oyen otras voces que la del estridente aullido del rasc�n, los trompeteos de la focha y de la polla de agua, o el carranqueante sonido de los carniceros. El denso carrizal que rodea la l�mina de agua es todo un mundo de sonidos. Estas plantas y las aves son buenas amigas, les sirven de alimento, protecci�n para nidificar y para mantenerse tranquilas y seguras.
3. Una central el�ctrica.
El r�o Guadiana y sus lagunas han sido aprovechadas por el ser humano a lo largo de la historia. Los molinos harineros o los batanes fueron los primeros en usar la fuerza del agua. A principios del siglo pasado, las centrales hidroel�ctricas adquirieron el caudal del r�o para producir energ�a el�ctrica. La del Ossero era una de ellas, tomaba el agua de la Laguna Blanca y llego a producir 80 kw/hora. A d�a de hoy no queda ninguna en funcionamiento.
4. El nacimiento de un r�o.
El Campo de Montiel es un altiplano ligeramente ondulado punteado de encinas y alomados ocres. Su substrato calc�reo, muy permeable, se comporta como una poderosa esponja que absorbe las aguas de las lluvias generando un riqu�simo acuifero. Despu�s de un largo viaje subterr�neo, el agua abandona el almac�n y alumbra en manantiales y fuentes. El r�o Guadiana, el viejo Anas de los romanos y el Wadi-Anas de los �rabes, nace de uno de estos rebosaderos, en una de las zonas m�s altas de la altiplanicie.
5. La laguna Blanca.
Es la primera del rosario de lagunas que conforman el Parque Natural. Debe su nombre a las tobas blancas que cubren su fondo y que quedan al descubierto cuando se seca. La escasez de lluvias y los caudales extra�dos para el riego son los responsables de las notables variaciones que experimenta la altura de la l�mina de agua y, que a menudo llegue a secarse.
El monte mediterr�neo y el matorral instalados en las laderas constituyen uno de los �ltimos testigos de c�mo debi� ser en otro tiempo la vegetaci�n que cubr�a toda la regi�n. El bosque mediterr�neo es un ecosistema rico e interesante por su biodiversidad. La carrasca, parecida a la encina pero de porte m�s peque�o, junto a la sabina forman un arbolado abierto. En los claros aparecen matorrales densos y bajos de espinos negros, aulagas, espartales y el arom�tico romero; en la solana, la jara y los tomillares.